Básicamente los blanqueadores reconocidos por los órganos de control son 2: el peróxido de hidrógeno y el peróxido de carbamida, ambos en concentración variable. Existe una tercera variante, vendida libremente (y sin el estricto control de los colegios odontológicos) en tiendas e internet, sin la supervisión de un dentista donde es el propio paciente que lleva a cabo el tratamiento del que hablaremos más adelante.

Volviendo a los tratamientos indicados por el Consejo General de Dentistas de España, el primero de ellos, el peróxido de hidrógeno, es más potente y eficaz, pero implica a veces generar sensibilidad en los dientes tras el tratamiento, reversible con el paso de los días.

Suele emplearse a concentraciones entre 35% y 38% para realizar blanqueamientos profesionales de 1 o 2 sesiones en nuestro Centro.

Al ser un agente tan potente, el tratamiento ha de llevarse a cabo en la clínica por profesionales para controlar su efecto y evitar riesgos.

El segundo, el peróxido de carbamida, se emplea a concentraciones entre un 2% y un 10% para un tratamiento ambulatorio (en casa).

BLANQUEAMIENTO EN CLÍNICA: Previamente se realiza una limpieza y pulido de la superficie de los dientes para eliminar impurezas. Para el blanqueamiento se aplica un gel para proteger las encías y posteriormente el gel de peróxido de hidrógeno al 35% durante 30 minutos, aproximadamente.
El blanqueamiento dental con una lámpara de luz fría activa las moléculas de este gel blanqueador, que se aplica sobre los dientes del paciente. La luz fría de la lámpara acelera la liberación de las moléculas blanqueadoras del peróxido de hidrógeno. Esto produce un aclaramiento inicial importante.

En algunos casos, cuando así lo indica el odontólogo, se concluye con un pulido de los dientes y una aplicación de flúor para reforzar el esmalte.

Al finalizar el tratamiento se revisa el estado y el color de los dientes, comparándolo con fotografías y una guía de colores de dientes para ver el resultado obtenido.

BLANQUEAMIENTO EN CASA: En una primera visita se realizan unas réplicas de la boca del paciente, a partir de las cuales se confeccionarán unos moldes de plástico transparentes, que se adaptarán a los dientes y albergarán el gel blanqueador. También es necesaria la limpieza más pulido de todas las piezas.

En la siguiente visita se entrega al paciente el molde de plástico de sus dientes y un pack de jeringas con gel de peróxido de carbamida (3-10%). A partir de este momento el tratamiento se realiza en casa por 2 semanas con controles semanales. El paciente debe aplicar el gel en el molde y colocarlo en los dientes. Se recomienda llevarlo unas 2 horas al día durante 7-10 días (o más horas si se hace el tratamiento nocturno).

Aquí también al finalizar el tratamiento se revisa el estado y el color de los dientes, comparándolo con fotografías y la guía de colores.

En primer lugar, es de especial importancia que se entienda este tratamiento como un proceso médico que ha de ser realizado únicamente en la clínica dental o en la casa del paciente pero siempre debe ser realizado bajo la supervisión de un dentista.

Según la legislación vigente, los productos blanqueadores con una concentración de peróxido de carbamida superior al 0,3% o con más del 0,1% de peróxido de hidrógeno, únicamente pueden ser distribuidos por dentistas. Realizar un blanqueamiento dental sin supervisión médica conlleva graves riesgos para la salud.

Actualmente, la Directiva Europea 76/768/ECC considera los productos blanqueadores con concentraciones de peróxido de hidrógeno de entre el 0,1% y el 6% cosméticos inocuos, por lo que pueden adquirirse libremente sin control médico. Sin embargo, estos pueden tener efectos secundarios para la salud. La Comisión Europea, CED y el Consejo General de Dentistas de España defienden que estos productos deben ser empleados bajo las indicaciones de un dentista.

En cuanto a los productos con concentraciones inferiores al 0,1% de peróxido de hidrógeno, estos sí son inocuos para la salud, por lo que su libre distribución no presenta riesgos, si bien su eficacia es prácticamente nula.

El Consejo General de Dentistas de España recomienda a los pacientes que exijan a los establecimientos el tipo de activo blanqueador y los detalles de concentración de los productos que adquieran, con el fin de comprobar en la Subdirección General de Productos Sanitarios o los Colegios Profesionales de Dentistas si el producto que han comprado está autorizado en España.

Si bien, la compra de los blanqueadores que se ofertan en internet y tiendas dentro de los niveles legales es permitida, sin embargo, su eficacia es inexistente. Por otro lado, blanqueadores que sí pueden resultar eficaces debido a concentraciones elevadas de los principios activos en general, resultan muy peligrosos ya que falta la supervisión médica correcta poniendo en graves riesgos la salud bucodental de quien los utiliza.

El blanqueamiento funciona, aunque de formas diferentes según la salud bucal de cada uno.

La eficacia del tratamiento es proporcional al grado de tinción de los dientes que han ‘sufrido un cambio de color’ a lo largo de los años por sustancias colorantes.

Excepto para aquellos que tuvieron los dientes oscurecidos por alteraciones intrínsecas, como ingesta de tetraciclinas durante la infancia, hipoplasias congénitas de esmalte, etc. todos pueden beneficiarse de este tratamiento y lograr una sonrisa más blanca, siempre que tenga una adecuada salud dental.